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«Pero vale: el poeta, pese a todo, debe ser cronista de su tiempo, y aunque se niegue, el mundo sigue dividido en dos bandos que no pueden conciliarse; y esto, no sólo en el campo de lo económico donde la distancia entre la miseria absoluta y la riqueza es cada vez más prepotente, tiende a ensancharse más a cada día, sino también, en lo político, lo social, el mundo de la naturaleza y el de la cultura, parecen destinados a estallar en pedazos. Al estar en crisis igualmente en crisis está la cultura, eso que debiera humanizarnos en vez de degradarnos, pierde su papel de dotar de ciertas formas de coherencia al mundo y la época en que se desarrolla y se convierte en amasijo de incoherencias en el que cada cual, persona o sociedad, pierde su rumbo y va como llevado por el viento, sin destino cierto. Este libro queda como un claro testimonio del tiempo que le ha tocado vivir a su autora y de su compromiso por cambiarlo. Y esto, es algo que debe de tomarse muy en cuenta como valor agregado a la lectura de estos poemas. A leer, pues, y a disfrutar —porque sí se disfruta, a pesar de su aspereza— este libro espléndido. Los cerdos y las demás alimañas del subsuelo tienen, a través de la poeta, la palabra.»-Max Rojas.
«Pero vale: el poeta, pese a todo, debe ser cronista de su tiempo, y aunque se niegue, el mundo sigue dividido en dos bandos que no pueden conciliarse; y esto, no sólo en el campo de lo económico donde la distancia entre la miseria absoluta y la riqueza es cada vez más prepotente, tiende a ensancharse más a cada día, sino también, en lo político, lo social, el mundo de la naturaleza y el de la cultura, parecen destinados a estallar en pedazos. Al estar en crisis igualmente en crisis está la cultura, eso que debiera humanizarnos en vez de degradarnos, pierde su papel de dotar de ciertas formas de coherencia al mundo y la época en que se desarrolla y se convierte en amasijo de incoherencias en el que cada cual, persona o sociedad, pierde su rumbo y va como llevado por el viento, sin destino cierto. Este libro queda como un claro testimonio del tiempo que le ha tocado vivir a su autora y de su compromiso por cambiarlo. Y esto, es algo que debe de tomarse muy en cuenta como valor agregado a la lectura de estos poemas. A leer, pues, y a disfrutar —porque sí se disfruta, a pesar de su aspereza— este libro espléndido. Los cerdos y las demás alimañas del subsuelo tienen, a través de la poeta, la palabra.»-Max Rojas.